Hoy más que nunca he hecho la ruta con dos cojones mas que con fuerza, sobre todo al final, ya fundido y asqueado. Con tanta ropa (todos los movimientos son difíciles), con este frío y viento pero haciendo sol, con el carril vacío, todo incomoda, no hay donde agarrarse, es escalar una pared lisa.
Si sobrevivo a los días más difíciles del año y además son los primeros, significa que ya nada puede detenerme. Pero la guardia jamás hay que bajarla. Si hay algo en lo que tengo algo de experiencia en esta vida, es en esto, y a pesar de ello, sigo aprendiendo.
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